Dirigida por Sebastián Borensztein.
Me dijeron muchas cosas antes de ver esta película. Que era la peor película en donde Darín ha actuado en los últimos años, que era demasiado graciosa, que no tenía mucho sentido la trama o de que la historia es de la puta madre. Entre gente que sabe de cine, que le gusta Darín, que ve cine trivial o que simplemente admira al cine argentino. Había de todo para todos los gustos. Pese a todo tipo de huevadas que me dijeron sobre "Un cuento chino", tenía la intención de formar un criterio propio y dejar de lado a terceros para solamente concentrarme en este film que fue etiquetado como comedia y en donde Darín estaba, que ya de por sí era un gancho comercial.
Jun y Roberto en el consulado chino. |
La historia se centra en lo absurdo de las cosas que suceden en la vida. Lo increíble que puede ser el hecho los vuelcos de la vida, con sus cosas tan extrañas y tan sin sentido. En todo ese contexto está inmerso el personaje principal que interpreta el gran actor que es Ricardo Darín: Roberto. Él es el que lleva todo el peso de la historia sobre sus hombros, lo cual no parece joderle tanto porque cada vez que se mete en un personaje, lo hace de tal forma que uno cree que él es así en la vida real. Roberto es un hombre que tiene su vida parametrada. La rutina ya es un ejercicio habitual en su vida, la cual la convierte en previsora y casi aburrida. Vive en soledad, en la casa que alguna vez fue de sus padres.
El simbolismo de la vaca. |
Es en esa vida tan robótica que tiene, en donde aparece en su vida un chino llamado Jun.
A decir verdad, la película inicia con este chino, quien navegaba con su novia en algún lago de su lejano Pekín, hasta que de repente una vaca les cayó del cielo, matando a la novia.
Es así como Jun decide viajar a la Argentina, en donde ni bien baja del avión es asaltado por un taxista, quien lo arroja en plena carretera, en donde se encuentra con Roberto quien tendrá que (pese a que no quiere) darle cobijo en su casa e iniciar una convivencia que le cambiará la vida a ambos.
"Un cuento chino" tiene una razón de ser que de a pocos se va desarrollando a lo largo de la historia, pero que guarda ciertas cosas que la limitan a seguir creciendo como película. Lo de Darín me gustó demasiado, quedándole muy bien el papel de hombre renegón que al parecer domina bien (que manera de decir a cada rato "la puta que me parió).
No será lo mejor que ha brindado Darín, pero la película como comedia, rinde de buena manera y entretiene hasta cierto punto, siendo lo mejor de todo su explicación y su final, que me hizo recordar tanto a "Entre Copas".
Puntaje: 7.5 puntos.
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