17 de marzo de 2011

LOS MUERTOS (2004)


Dirigida por Lisandro Alonso.

Alonso es de aquellos cineastas que intentan comunicar más con la imagen que con el dialogo. Que creen que naturaleza, soledad o algún tipo de vida puede evocar algún tipo de sentimientos, sin necesidad de usar un medio oral o verbal. Es de la línea de Reygadas, solo que sus planos  intentan sensorizarnos a través de naturaleza viva..... en secuencias largas.
El largo camino de retorno.
Este tipo de cine suele ser soporífero e incomprensible. Los muy críticos dicen que es la exageración del "artista". Es decir, es la manera extremista que tiene un cineasta para ser valorado como artista y no como un simple director. Concepto equivocado, ya que muchas percepciones de cada uno de nosotros que vemos cine, suele asemejarse con lo que intentan transmitir algunos directores en sus películas. Ellos no intentan vender algo que guste a todos. Ellos intentan expresarse y comunicar algo que sienten hacía el resto que observa (espectadores). 
La película nos muestra la historia de un hombre endurecido por la larga penitencia carcelaria que ha sufrido.
La naturaleza es el paisaje de la cinta.
Luego de 30 años, se entera que ya puede salir en libertad. Estar 30 años alejado de su mundo, de los seres queridos y del ambiente en el cual vivió casi toda su vida, lo dejó mal. Sintió como si regresará a un mundo ya muerto y que intentaría en vano retomar lo que el destino le quitó a causa de su mal obrar. 
El viaje de retorno es seco, vacío y muerto. Es un sentimiento que se acopla a las sensaciones que nos muestra cada imagen del recorrido. Un viaje al interior del país argentino y al interior del alma del protagonista (no recuerdo bien el nombre, lo siento).
Intentar retomar lo que se dejó en el pasado.
Cada camino recorrido es oscurecido por esa soledad y ese silencio que pareciera es la reina de la película. La reina de la vida que le espera al ex-presidario que ahora intenta retomar su vida en donde la dejó.
Alonso no escatima en planos largos, en silencios prolongados y en usar actores no profesionales. Es un cine que se podría decir experimental, pero yo lo catalogo como de autor, porque toda la obra cinematográfica de Lisando Alonso sigue ese camino, y no desvía su interés por otros senderos, porque él cree en esa forma y en ese fondo.

Como dije, es una película que puede ser un sedante para unos (acostumbrados a digerir metrajes más fáciles de comprender) y una entrada a otra forma de ver las cosas, para otros que suelen intentar salirse de la rama cómoda del cine. Yo la vi y fue como escuchar un disco de Pink Floyd. Tranquilo y admirando cada silencio.

El silencio irradia un culo de sensaciones.

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