22 de junio de 2013

THE BRIDGE ON THE RIVER KWAI (1957)


Dirigida por David Lean.

Un clásico de todos los tiempos. Buenas actuaciones, buena dirección y una buena producción en todo sentido, que nos muestra una de las tantas historias que hubieron en la cruenta Segunda Guerra Mundial. Esta vez nos vamos hacía el conflicto habido en Asia, donde algunos soldados de los "Aliados" son tomados como rehenes y mandados a Tailandia para construir la vía férrea que cruce el río Kwai, para que así las tropas niponas puedan pasar.
Es una película que pese a situarse en el medio de un conflicto bélico, nos muestra el carácter y los valores de dos culturas totalmente opuestas: la británica y la japonesa.
El coronel Nicholson supervisando la obra
Vemos el duelo entre dos líderes, uno de cada bando: el coronel Nicholson (brillante lo de Alec Guiness) por parte de los británicos y el comandante Saito, quien lideraba a las fuerzas niponas de aquel lugar.
A Saito no le importaba el sol ni las enfermedades ni el cansancio ni nada que pueda impedir la construcción de su puente. Se zurraba en normas impuestas en tratados internacionales y no respetaba el rango de sus prisioneros, así que ordenaba a todos los rehenes a trabajar, sin distinción de nada. El coronel británico hizo prevalecer como pudo su orgullo militar y no acató las órdenes. Ese momento es célebre en la película, porque vemos a dos grandes actores en una discusión memorable, que incluso se torno seria (por lo que pude saber en los "making of") ya que Sessue Hayakawa (Saito) le propinó un cachetadón casi en serio al coronel.
El intratable coronel Saito
Aparte de eso, la filmación se tornó medio complicada por el hecho de estar en un terreno algo agreste  sin muchas comodidades y con serio peligro de que todo se cancele. Al final David Lean logró superar todo inconveniente y sacó adelante una gran película que se ha ganado el calificativo de "clásico" con el correr de los años y una de aquellas selectas cintas que uno no debe dejar de ver antes de morir. Y es que no ha envejecido la película y las actuaciones son realmente memorables, como lo es también el clásico silbido de las tropas británicas cuando regresan de los trabajos en el río. Aquel silbido que uno asocia directamente con la película. Y la escena final también es célebre.
Me gustó demasiado esta cinta que me la recomendó mi papá hace ya varios años y que tardé mucho en verla y poder admirarla. 
Menos mal la vi antes de morir.

Puntaje: 9 puntos


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