27 de abril de 2011

ÉRASE UNA VEZ EN AMÉRICA (1984)


Dirigida por Sergio Leone.

Obra de arte. Película de culto. Belleza visual. Tantos adjetivos pueden rodear a esta película dirigida por el italiano Sergio Leone, y tantos de éstos cercano a lo magnífica y bella que es la película, en donde participa el gran Ennio Morricone como compositor de la bella banda sonora de la película. Es extensa en duración (pasa las 3 horas), pero lo justifica su tan bien lograda historia que tiene de todo, pero que en donde sobresale el cine de gangsters, en donde destaca la figura de Robert De Niro, quien nos muestra como era crecer en Manhatan a principios del siglo XX.
Noodle y su pandilla de niños.
Con esta película llego a las 100 que voy publicando, cantidad que no se acerca a la mitad que tengo en mi dormitorio, pero que al menos es un número importante de registradas. La cinta de Leone es una de mis favoritas, por eso que va en este importante lugar número 100.
La emoción nos atrapa desde el inicio, con una muy buena banda sonora compuesta por Morricone, que nos suelta una versión instrumental de Yesterday hermosísima, para el primer flashback de la obra. Un Robert De Niro quien interpreta "Noodles", un judío quien creció en aquellos suburbios de New York, en donde aprendió a sobrevivir.
Una joven Jennifer Conelly le da vida a Deborah, el eterno
amor de Noodles.
Luego de iniciar con la actualidad (el presente de la trama) nos sumergimos al origen de los personajes y el como llegaron a lo que son en el presente. Es en este guiño al pasado en donde encontramos a una niña aún Jennifer Conelly, quien ya mostraba cierta belleza facial, que enamoró a nuestro pequeño protagonista Noodles. Ella trabajaba en el bar/bodega de su padre, junto a su hermano Moe.  El adolescente Noodles conoce de casualidad a Max, quien le propone formar una banda, con la cual poder sobrevivir al difícil mundo que les rodea.
Noodles y los suyos.
Junto a Patsy, Dominic y Cockeye forman un quinteto que pondrá en peligro el orden establecido por el amo de la zona, un tal Bugsy, quien no permitirá que los jóvenes pilluelos se salgan con la suya.
Tras borrar del mapa a Bugsy, ocurre una desgracia en el quinteto, que pasa a ser terceto por la pérdida de dos integrantes (Noodles es encarcelado).
Esto no impide que la amistad se pierda y una vez que Noodles recobra su libertad, Max y el resto lo recogen, algo más maduros en el oficio de la delicuencia, para así retornar al peligroso mundo callejero, esta vez como cuarteto, pero con mayores ambiciones y mejores planes que los de antes.
El formato clásico impera en la película y también ciertas metáforas. Las balas, persecuciones, traiciones y amoríos transcurren durante el metraje que dura la película y, debo admitirlo, en ningún momento llega a ser pesada.
La escena del teléfono es memorable.
Actores de la talla de James Wood y Joe Pecsi, acompañan a De Niro en esta brillante película que culmina una triología que empezara Leone años atrás, y que concluía de forma magistral.
Cabe mencionar que no ganaron ningún premio de la Academia en aquel año, pero la historia se ha encargado de ubicar a la obra de Leone, en un lugar en donde varías películas no han podido llegar.

Sergio Leone falleció un año después de que la película se estrenara.
Recomiendo mucho esta obra de arte por diferentes razones que he intentado mencionar en este escrito. La música, actuaciones, el desenlace, la historia en sí, por De Niro, por la acción planteada durante la película y porque es una obra inclasificable dentro del cine de Leone.

Es imposible perderse esta película. Tres horas que no se sienten. Una Obra de arte. Así de simple.

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