3 de noviembre de 2012

MADRID, 1987 (2012)


Dirigida por David Trueba.

Si la historia no mostrara a María Valverde como Dios la trajo al mundo, no tendría mucho interés. Es cierto, puede que la película sea buena en cuanto trama y con un guión bastante aceptable, pero aburre en ciertos momentos ya que se utiliza mucha filosofía y mucha historia española en la misma, lo cual a veces se hace poco simple de digerir.
Y es que casi toda la historia transcurre en un baño, en donde Miguel y Ángela están encerrados, desnudos y sin nadie que pueda abrirles la puerta.
Miguel contándole su dilema existencial.
Nos situamos en el año 1987, en donde Miguel es un viejo escritor de artículos en un periódico madrileño y Ángela una estudiante de periodismo. Ambos se reúnen en un café de la capital española, él la invita a ir a otro lado y luego de muchas insinuaciones de por medio, quedan encerrados en un baño público de forma casual.
Lo que observamos de ahí en adelante es un choque generacional prácticamente, en donde se enfrentan la generación que vivió la dictadura militar, frente a la generación que nació en una España democrática. Los pensamientos son distintos, así como las maneras en como ven la vida.
Planos como éste, abundan en la cinta.
María Valverde se muestra sensual y desnuda durante gran parte de la película, en un papel que pareciera no le jodió mucho, porque llega a un momento en que verla desnuda es normal. 
Así como el choque generacional, también sentí esa especie de deseo sexual de experimentación de ambas partes, ya que como tienen edades tan distantes (él de 50 años para delante y ella de unos 20 años) sienten la curiosidad por conocerse más del uno al otro.
El deseo sexual, la retórica literaria, la frustración, el conflicto de edades, el miedo y tantas otras cosas podemos apreciar en esta película que no me dejó 100% conforme. Es cierto que es muy chevere admirar la belleza de María Valverde, pero como dije al principio..."si la Valverde no estuviera desnuda en toda la cinta, hubiera valido la pena?"  Trueba se excede en diálogos muy absurdos, por parte de Miguel, en donde me adormeció un poco, pero con planos sugerentes a la anatomía de la Valverde, despertaba a quien sea.

Puntaje: 6 puntos

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