14 de septiembre de 2012

SHAKESPEARE IN LOVE (1998)


Dirigida por John Madden.

La película no es mala, pero no mereció llevarse tantos elogios y premios inexplicables, cuando tenían como competidoras (en los premios Oscar) a películas como "La vida es bella", Salvando al soldado Ryan" o "La delgada línea roja", que eran largamente mejores. El tiempo ha sido justo y ha demostrado que esta cinta se perdió en el olvido, mientras que los otros títulos son recordados numerosas veces por cinefilos que han sabido apreciarlas.
Shakespeare y su musa, su inspiración.
La historia es demasiado sencilla y casi no existe mucha sorpresa en su trama, notándose a leguas que no es un film que maraville o que emocione tanto. Pero si no la comparamos con otras cintas, pienso que pasaría el examen de manera correcta, porque no tiene errores, está bien ambientada y esta correctamente dirigida, sin llegar a ser extraordinaria ni tener atributos como para ser recordada. La actuación de Gwyneth Paltrow también deja con la duda si mereció o no el Óscar que le dieron por su actuación, ya que no fue tan genial ni tan resaltante.
Lady Viola será el ingrediente primordial para
activar la creatividad del escritor.
Lo que si debo resaltar es la suerte que tuvo Miramax, ya que colocó a otra de sus pelas en lo más alto del cine mundial. Una trama que nos muestra a William Shakespeare intentando escribir una obra nueva, pero que no encuentra la inspiración necesaria que le ayude a inventar otra genialidad. Tras muchos castings, presiones, apuros y descubrimientos, conoce a Lady Viola y conoce al amor, logrando así que su cabeza se concentre y empiece a crear lo que sería su nueva obra: Romeo y Ethel, la hija del pirata.

Una historia que no me llamó mucho la atención y no me llenó del todo, ya que esperaba algo más convincente, algo que me marcara más y que en cierta forma me emocione (como lo hizo "La vida es bella"), pero fue como ver cualquiera cinta de comedia romántica, ambientada en el siglo XVI. 

El tiempo borró del mapa a la película, hizo olvidable el nombre del director y premio a las cintas perdedoras de aquel año, que en la actualidad son grandes títulos del cine contemporáneo.

Puntaje: 5 puntos.


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