13 de noviembre de 2011

THE WRESTLER (2008)


Dirigida por Darren Aronofsky.

Escribir sobre una película dirigida por Aronofsky es ligeramente complicado. Y es que a veces se debe dejar de lado ciertas preferencias y realizar comentarios un poco más objetivos, dejando de lado otroras cintas hechas por el director y que ahora están en el pedestal de clásicos modernos. "The Wrestler" nos deja varias cosas, la principal de ellas es el regreso triunfal a la pantalla grande de Mickey Rourke, quien logró varios premios con su actuación y una nominación al Oscar como mejor actor (premio que se llevó al final Sean Penn).
Mickey Rourke interpreta un rol que le
cayó a pelo
La película es casi biográfica. Pareciera que el papel le cayó como anillo al dedo a Rourke, ya que nos relata la historia de un hombre que estuvo en la cúspide de la fama y la gloria, cuando era joven, y que lo perdió todo conforme iban pasando los años y su nombre quedaba en el olvido.
Intenta recuperar ese sitial, pese a que los años ya le pasan factura con lesiones corporales y una ya evidente vejez para el espectáculo que ofrece.
La cámara lo sigue a todos lados. Es muy personalista. Muy subjetiva. Vemos a Randy viviendo el día a día en entrenamientos, en la lucha por recuperar a su hija, en los problemas que tiene para pagar el alquiler de su vivienda, el olvido de su nombre en los aficionados de la lucha libre y el deterioro de su salud.
Marissa Tomei, más guapa que nunca.
A pesar de todo, aún existe algo de luz en su vida que pueda alimentar la creencia de que las sonrisas pueden aparecer pese a todo. La principal culpable de esto es Cassidy, una bailarina de night club, a la que siempre acude para conversar y pasar momentos agradables. La relación entre ambos es casi de trabajo, hasta que él decide trasladar su "amistad" a la vida fuera del recinto de trabajo de ella.
Ahí lo vemos como una persona natural que intenta recuperar algo de felicidad en su vida. Ella también tiene sus propios problemas (criar un hijo y trabajar de bailarina) y no desea otra cosa más que hacer feliz a su hijo.
Randy afronta problemas de salud muy graves. Debido a que se mete esteroides (para seguir con el físico adecuado para las peleas) a descuidado su corazón y debe retirarse de este tipo de luchas, por recomendación médica, sino le podría pasar algo grave, como la muerte.
Que le quiten el único pulmón de vida que tiene, la depresión y la pregunta de "qué hacer de mi vida?" surge en la mente de Randy. 
Randy y la lucha por recuperar el amor
de su hija Stephanie.
Al saber que ya las peleas no serán eternas y que su vida tarde o temprano hará un giro radical, decide recuperar lo suyo. 
Su hija Stephanie vive apartada de él. No existe una relación afectiva entre ellos. Randy entonces inicia un desaforado intento por recuperar lo que ama, para así darse fuerza y seguir mirando a la vida con optimismo.
Una historia casi de supervivencia. Un luchador que combate a la vida, que no quiere quedar relegado ni ser simplemente un ser que deambula sin destino en la vida.
Las sonrisas no parecen llegar, pero él las busca y las persigue, ya sea con su hija o con Cassidy. Igual, a pesar de que la lucha le es lejana, decide darse un gusto y organizar un retorno a lo grande....

Aronofsky lo plantea bien. Nos pone en el pellejo no de un luchador, sino de un ser humano casi acabado. Muerto internamente y preso del olvido. Dependió toda su vida de la fama y la gloria, que le dio éxito y dinero, pero no amor y sonrisas eternas. 
Perdió lo material y se mira frente a un espejo y no ve nada. Ahí es donde comienza la verdadera vida del luchador. Luchar contra lo que siempre se negó a ver.

Puntaje: 8 puntos

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