Dirigida por Woody Allen.
El quinto film de Woody llegaba de menos a más. Ya se le notaba cada vez más exigente con sus guiones y sus formas de hacer reír. Se le notaban las influencias y la manera tan sarcástica de intentar meter mensajes políticos en sus historias, sin ser tan directos. Esa pizca de humor sarcástico lo comenzaba a dominar bien. Pero lo que más se rescata de "El dormilón" es que ya comienza a emplear buenos diálogos y las escenas de humor ya no se basan tan solo en gags (humor físico).
Los rebeldes que apresan a Miles. |
La historia se plantea como futurista e intenta ser como un "homenaje (muy entre comillas) de películas de ciencia ficción y algo del humor de grandes influencias de Allen, como lo son Chaplin y Buster Keaton.
La historia de Miles Monroe (interpretado por el propio Woody) nos muestra a un tipo que es congelado por error, permaneciendo en ese estado durante una buena cantidad de años. Al despertar se da cuenta que está en el futuro (año 2173) y que todo ha cambiado. El futuro lo toma de sorpresa y se siente como en otro planeta. Es aquí que Allen comienza a manejar los hilos de la historia de gran manera, usando un adecuado sentido del humor e intentando parodiar escenas de otras películas, con relativo éxito.
Escenas cómicas como ésta, abundan. |
Lo realmente gracioso es como intenta mostrar a ciertos personajes, relacionándolos con personas de la vida real, en lo que podría llamarse una parodia. Así vemos que Miles es confundido por una horda rebelde, como el gran salvador que viene a rescatar a una nación de las fauces de un cruel dictador quien los domina hace buen tiempo.
Lo toman como el salvador, el cual eliminará al dictador y liberará a la nación. Es un pensamiento que no comparte Miles, confundiendo a los rebeldes quienes lo toman como enemigo, apresándolo e intentando que este asimile el nuevo sistema que ellos tanto detestan.
Diane Keaton en la primera película de Woody en donde aparece. |
La película cuenta con momentos hilarantes, como la del atentado contra el dictador, en donde una bomba estalla y destruye todo menos su nariz, la cual será la que continúe con la cruel dictadura. Ese humor más construido y con un mejor guión, es el que Woody iría repitiendo en sus posteriores películas, adecuándose cada vez más al giro trascendental que daría en su carrera, el cual lo consagraría como el gran director que es en la actualidad.
Puntaje: 5 puntos.
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