2 de septiembre de 2013

WHISKY (2004)


Dirigida por Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella.

La rutina. El día a día monótono. El aburrimiento. La frustración. El conformismo. Creo que todo eso es lo que se siente cuando uno ve esta cinta uruguaya. La forma como se retrata aquellas sensaciones es tan perfecta, que los silencios se adecuan a lo que uno denota en la vida de los protagonistas principales: Jacobo y Marta. Él es dueño de una vieja fábrica de medias en Montevideo. Ella viene a ser una de sus trabajadoras más leales. 
Su vida transcurre en una rutina tan triste, que el solo verla me hizo tenerle miedo a que quizá algún día me pueda pasar lo mismo (ojalá que no).
En un momento de esparcimiento
Herman es un exitoso empresario textil en Brasil. Es hermano de Jacobo y decide visitar a su hermano por unos días. Es entonces cuando Jacobo le pide a Marta que finja ser su esposa durante ese tiempo, para que su hermano vea que no tiene una vida tan aburrida y triste. Es con la llegada del hermano que la vida de la pareja cambia drásticamente, transformando sus días de rutina, en días de mayor acción y momentos inesperados, ya que deciden viajar, los tres, a Piriápolis y compartir unas extrañas vacaciones. 
"Whisky" es una manera de ver el corto tiempo en que uno puede ser feliz o que intenta salir de una monotonía que entristece el alma y apaga sus vidas. Porque whisky es el momento en que uno sonríe para la foto. Y eso, es un momento. Nada más.
Marta conociendo la felicidad de una pareja
El trabajo de los actores es fantástico. Expresan el lento andar de dos personas que ya no tienen mucho que esperar de la vida. El despertarse sabiendo que harán lo mismo tras día, o explorar la soledad que los alberga, son cosas que a uno lo desalientan a seguir hacía delante.
Buscan, quizá, algún estímulo que los haga sonreír al futuro y no esperar el final de sus vidas de brazos cruzados. Eso se nota en "Whisky", que no hace alución al trago en ningún momento.
Y esas cosas que les toque experimentar les da miedo. Porque la rutina te absorbe de tal modo que ya estás acostumbrado y no te provoca virar el rumbo. Solo intentas seguir en lo establecido y morir en tu ley. Así sea patética y monótona, es lo que a uno lo hace feliz, como a los protagonistas.
Esta cinta uruguaya agradó mucho por su naturalidad con que representan la rutina de ciertas personas que se acostumbraron a vivir todos los días lo mismo.

Puntaje: 7 puntos

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