Dirigido por Celina Murga.
El cine argentino tiene mucho de este tipo de cine. Aquel que refleja algún tipo de estrato social o de algún problema en particular. Aquel que se basa en silencio y conductas, en donde la música incidental brilla por su ausencia y resalta más el problema que trata la historia que algún tipo de cosilla extra.
Así pues "Una semana solos" es el retrato de una infancia agotada de la rutina y de la crianza. Una clase "alta" que se ve reflejada en un grupo de niños quienes se han quedado solo en una casa de campo (lo que en Argentina es conocido como "country") y conviven entre sí, aflorando en ellos conductas que no son usuales en sus vidas.
La pequeña más cuerda de todos. |
Los niños entre edades de 7 y 12 años, conviven en los countries debido a que sus padres se encuentran fuera de casa y tienen que quedarse al mando de un adulto (o adolescente en este caso) para que al menos tengan cierta control.
Pues la vida de ellos, encerrados en una jato, con una piscina que es la única alternativa de diversión y de respiro que tienen a la mano, se va tornando un poco stressante. La curiosidad en este tipo de soledades aparece, dando lugar a la manía de los niños por experimentar cosas desconocidas o intentar ir más allá de las paredes de una casa que la ven como una prisión.
La convivencia se tornará áspera. |
La directora intenta reflejar una realidad que ocurre en Argentina y lo perjudicial que esto podría ser, sobretodo en la etapa de crecimiento que tienen los niños, en donde todo lo asimilan y adoptan como tal, teniendo como resultado frecuente, la manera de como actuarán de adultos.
El encierro lo grafica como una prisión con beneficios y lujos, pero que no tiene límites ni una brújula que indique a los niños hacía donde ir cuando tienen problemas. Es así como vemos ciertas adversidades que atraviesan producto de alguna travesura o de algún problema doméstico que nunca falta cuando los niños están solos en casa sin compañía de sus padres.
Unos fungirán de mayores. |
También se muestra un poco de aquello que se denomina "diferencias sociales", cuando un niño de otra clase económica (pobre para ser exactos) aparece y es tratado con indiferencias por unos y con cordialidad por otros. Existe el temor siempre. Existe el prejuicio siempre. Los niños son directos y rechazan al chico (alguno) por su apariencia distinta, asemejándola al de un ratero, lo cual hace sentir mal al chico (que debe tener unos 14 años).
La burguesía argentina es retratada aquí, pero esta vez la enfocan desde el punto de vista de los niños. Tiene un parecido con "La ciénaga" de Lucrecia Martel, solo que esta vez los que están en la casa son los niños y solo ellos.
El cine argentino siempre tiene algo nuevo y nutritivo que mostrar.
Puntaje: 6.5 puntos.
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