Dirigida por Wong Kar Wai.
La carrera de este director hongkonés es prolija. Cada película que hace, es una obra visual completa y roza los bordes de la perfección estética. Esta es su quinta película y es una obra de arte (para mí) completa. La cámara nos muestra el mundo del director tal y como el se lo imagina. Una fotografía impecable y una cámara que se mueve al compás de la vertiginosa vida nocturna que existe en aquel Hong Kong noventero.
Nuevamente el amor es protagonista subliminal en una historia que pareciera estar marcada más x la violencia que por algún sentimiento afectivo que predomine sobre escenas de acción y sangre.
Leon Lai, asesino a sueldo. |
Lai es un asesino a sueldo. Él recibe el encargo y simplemente cumple con su chamba. Trabaja solo. Vive solo. Pareciera que solo existiera para cumplir encargos, que por lo general son los de matar personas.
Michelle es quien le da esos encargos. Ella lo contacta y se los da. El detalle es que no pueden tener contacto el uno, con el otro. Osea, ni se conocen. Aún así, Michelle siente una atracción especial por Lai. Tal vez esa curiosidad por conocer al tipo que mata gente. Tal vez sea algún tipo de placer hacía aquella violencia escondida.
Lai ya no quiere chambear de eso. Quiere dejar ese mundo y convertirse en una persona normal. Wong Kar Wai nos muestra aquel submundo en el que está atrapado Lai. Aquellas noches que recorre, plagada de peligros y un mundo salvaje que tal vez el día no se da cuenta.
Michelle Rois, socia del asesino. |
La soledad de ambos mundos, el de Michelle y Lai, nos muestra el factor común entre ambos.
Pese a esto, Lai conoce a una flaca de nombre Karen, con la cual intenta iniciar un romance o algo así. Esto acelera la desición de Lai por dejar el trabajo en el que está, lo cual no es fácil dejarlo.
Paralelamente a esto, la existencia de un mudito llamado Takeshi, resulta colorida en la trama. El silencio producto de su mal, contrasta con el silencio que transmite la soledad de los otros protagonistas. Una soledad que explaya tristezas, frustraciones, ánimas solitarias que pareciera que han nacido en el mundo equivocado.
Buscando escapar del mundo al que han caído. |
Wong Kar Wai es un poeta. Un poeta visual. Cada película nos sorprende con la precisión estética que le impregna, tanto en fotografía, montaje o vestuario. En esta película, la cámara es un factor importante. Los movimientos y el lente angular son protagonistas. La música es una socia ideal en ésta y todas sus películas.
Kar Wai es el artista visual y el director asiático más importante en estos tiempos. Y por que no..... el mejor de aquel continente. Los dejo con el trailer de esta belleza.
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