"LUCES DE LA CIUDAD" (1931)

Los martes de cada semana, haré algo parecido a un especial sobre directores que me gustan y que pienso son geniales. Para comenzar con esta sesión de cada martes, pongo a Chaplin como primerito, porque tal vez sea el más longevo de los directores que me agradan así mal.
Hoy publicaré dos pelas de este genio (me he visto todas, hasta los cortos), en sus dos etapas: la del cine mudo y la del cine sonoro. Yo adoré "Luces de la ciudad", porque ya muestra a un Chaplin mas maduro, mas creativo e innovador para su época. Preocupado en transmitir un mensaje en sus películas, sin dejar de hacernos reir. Porque Chaplin adoraba hacer reir a la gente. Era su eje de vida.

El romance del vagabundo con la cieguita.

Decir que Chaplin es un genio, no es decirlo por decirlo.El inglés no solo actuaba en sus pelas, las dirigía, les ponía música, escribía el guión e incluso, llegaba a editarlas el mismo.
En "Luces de la Ciudad", Chaplin hace del clásico vagabundo que ya permanece perenne en la historia del cine: Charlotte. Pues bien, Charlotte, conoce a una vendedora de flores que sufre de ceguera. Él se enamora de ella, quien cree que el vagabundo es millonario.
Chaplin nos cuenta una historia sobre el amor y las cosas que uno hace cuando quiere a alguien. El vagabundo, por cosas del destino, salva de la muerte a un millonario (ebrio totalmente), quien pretendía suicidarse. Éste le promete amistad eterna, que es olvidada cuando vuelve a estar sobrio.

Virginia Cherrill, hace el papel de la chica ciega.

Los momentos de humor pleno llegan cuando Charlotte se entera que van a desalojar a la chica de su casa, y necesita reunir cierta cantidad de dinero para evitar eso. Se mete a mil trabajos, uno más pendejo que otro (de boxeador es un cague de risa), hasta que consigue el dinero por obra y gracia de su amigo millonario, quien para variar está ebrio, pero en su ebriedad recuerda al amigo que lo salvó de la muerte.
El final de "Luces de la Ciudad" es hermoso. No pienso contarlo porque deben sentir lo que transmite Chaplin con el final. A fin de cuentas la visión no es necesaria para sentir amor.

Chaplin dirige la película que mas me agradó de toda su filmografía antes de la era del sonido. La historia llena de humor y romance, una historia bien contada. Actores que encarnan bien su personaje (el de la cieguita es muy bueno). En una época en donde mas importaba la comunicación por medio de gestos (no existía sonido como recordarán).

Los dejo con una escena que puedo decir que es innovadora. Como han de suponer, en esos años no existían la cantidad de planos ni movimientos de cámara que existen en la actualidad. Todos eran planos rígidos, y si querías movilizar la cámara, tenías que hacerte un corte para cambiar de toma. Osea, no habían paneos ni cosas así (ni zoom ni nada de eso, x lo que he visto). En esta escena de "Luces de la ciudad", Chaplin intenta comunicar al espectador una sensación, una idea. Mete un paneo (creo que innovador en su época) para enlazar la idea de que la cieguita confunde el cierre de una puerta de un coche, con el hecho de que Charlotte es millonario. Interpreta que el coche es de él y así, suponer que el vagabundo es un millonario.

Vean la película, que es un placer.