6 de enero de 2012

LA PIEL QUE HABITO (2011)


Dirigido por Pedro Almodovar.

El trailer me decía algo de la película, pero fue grande mi sorpresa al toparme con algo totalmente distinta de lo que me vendían. Lo bueno que la sorpresa fue grata, porque vi una película muy al estilo de Almodovar, con todos esos guiños que siempre tienen sus cintas y con la atmósfera que recrea ese mundo ya reconocido, que uno desde la primera escena sabe que está viendo una película de Pedro Almodovar.
"La piel que habito" explora muchas cosas, siendo tal vez lo más recurrente el pensar que es una de las películas más enfermizas del español, por el tipo de tema que toca y la extraña manera de ver un tema como el de la homosexualidad desde otro punto de vista.
Vera leyendo en la soledad de su
cautiverio, bajo la mirada del médico.
Nuevamente el español recurre a los espacios temporales como un medio para que el espectador comprenda mejor la historia y sepa que lo que ahí se narra, no es alguna incoherencia o algún tipo de historia rara y compleja, sino que sigue una estructura que no quiere dar pistas de lo que en verdad se trata, sino que busca sorprendernos y mostrarnos algo que tal vez se sospechaba pero que uno no se imaginaba que el director manchego lo expondría de tan espléndida manera. 
Las actuaciones de Banderas y Elena Anaya son de buena factura, pero destacaré la interpretación del actor masculino, ya que es sabido que en su periplo por el mercado norteamericano no le ha ido tan bien (en cuanto a actuaciones), así que volver de nuevo a las raices, y sobretodo bajo las órdenes de quien lo lanzó al estrellato mundial, le sentaba bien, ya que podía recuperar aquella presencia escénica que se había esfumado en sus apariciones.
Vera será la gran obsesión del Dr. Robert.
Esta vez Banderas interpreta a un médico que ha perdido a su esposa debido a un incendio, en el cual ella quedó con graves quemaduras, de las cuales no pudo recuperarse. 
Esto le queda como lección, ya que en su gran casa tiene encerrada a una hermosa chica, con la cual al parecer experimenta, colocándole tejidos e intentando que la piel que le coloca.... sea perfecta y la adecuada para ella y para el ser humano, con lo cual haría un gran descubrimiento para el mundo de la medicina.
En los primeros minutos de la película veremos como existe una obsesión por parte del doctor Robert Ledgar con su cautiva prisionera y objeto de estudio  Vera Cruz, quien vive en una habitación, custodiada por la madre del doctor, quien la asiste en todo lo que puede (comida, salud, etc).
Una obsesión que esconde una turbia
relación de amor.
La historia transcurre con debida normalidad, hasta el momento en que el director español nos hace un giro de 360 grados, que viene con flashback incorporado, en donde se puede apreciar de manera explicativa lo que en realidad ocurre en el presente. Es aquí en donde la trama se torna medio enfermiza pero sin ser degradante, ya que la obsesión del médico tiene sus causas aparentes, la protagonista no era tal como la conocíamos y el giro de la historia varía un poco dejando a más de uno sorprendido. Aquí es cuando le creí más al director y pude corroborar que sigue siendo un grande para armar sus películas.

Almodovar presenta una película muy cuidada y sin dar pistas de lo que puede ser un desenlace o una pizca de lo que trata en realidad la historia. Ofrece cosas generales y no se gasta en especificaciones. No las necesitó, ya que la historia inicia bien, se desenvuelve de manera ordenada y finaliza de gran manera, dándome la sensación que supera en cierta forma a su anterior trabajo ("Volver").

Puntaje: 9 puntos.

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