2 de mayo de 2011

UN OSO ROJO (2002)


Dirigida por Israel Adrián Caetano.

Ya que en el anterior post subí una cinta uruguaya, seguiremos con la onda charrúa con esta película de un director uruguayo quien tiene relativo éxito en la Argentina. Caetano dirigió con éxito su primer film, la muy aclamada y alabada "Pizza, birra, faso" (de la cual hablaré pronto), y ha dirigido otras de relativa connotación, como "Crónica de una fuga" o "Bolivia". 
Radicado en Buenos Aires, contó para esta película de la cual escribo hoy, con dos actores de gran nivel, como lo son la conocidísma (y bella) Soledad Villamil, a quien deben recordar de "El secreto de sus ojos", y al genial Julio Chávez, quien tiene un respaldo actoral de pelas como "El Custodio" o "El Otro".
Oso y su esposa, en la búsqueda de retomar el pasado.
Nos sumergimos en la historia de un ex recluso, quien por mantener a su familia, fue encarcelado bajo cargos de robo y asesinato a un policía. Es un ladron de esos de temer y de gran audacia, con todo el temple de ser un tipo duro y frío. El Oso, como así se lo conoce, tiene una gran debilidad: su hija. En prisión no hace más que extrañarla, y una vez que sale de ella, intenta recuperarla, pero se da con la sorpresa que su mujer (Soledad Villamil) ya tiene otra pareja, con la cual vive y que mantiene a su pequeña hija Alicia.  Esto origina que el Oso tenga que 
Oso saliendo de prisión, buscando retomar su vida.
adoptar otro tipo de medidas para ver la forma de recuperar a su hija, y el amor de su esposa.
Lo jodido que se tiene que tragar Oso, es que la nueva paraje de su esposa es un pobre infeliz borracho y adicto al juego, que gasta su plata en eso y no en el bienestar educativo de su hija ni del hogar. 
Oso tiene que arreglárselas chambeando de taxisya y ver la forma de como apoyar económicamente a su familia (pese a que no vive con ellos) e intentar ganársela de vuelta.
Unas mallas (simulando ser rejas) son las que separan,
de manera invisible, a Oso de su hija.
El relato es interesante porque nos muestra lo duro que le cuesta a un ex presidiario, adaptarse de nuevo a una sociedad que no lo ve con buenos ojos. Ganarse la confianza de aquellos que lo ven como un peligro para su barrio, ya sea en lo laboral como en la manera de conseguir un cuarto donde vivir. 
Y lo peor de todo, demostrarle a su familia, que puede ser un hombre responsable y un padre modelo, algo que su esposa tiene miedo de aceptar y prefiere vivir junto a un hombre que no le brinda toda la felicidad del mundo, ya que no tiene laburo, es borracho y encima, aunque ella lo desconoce, es adicto al juego.

Una película que no aburre y que es bien trazada por su director. Un Julio Chávez que se mete bien en su personaje, adoptando ese carácter frío y duro que tiene un ladrón del viejo hampa, y que es creíble en todos sus aspectos para el espectador. Buena también resulta la actuación de Soledad Villamil, quien hace del papel de una madre agobiada por la situación de su familia y lucha por sacarla adelante e intentar no ceder ante las presiones de Oso. 

Una buena película que alguna vez la estrenaron en el Festival de Cine de Lima (creo) y que merece ver vista por todos ustedes. Hay escenas memorables, por las grandes actuaciones que hay en éstas.

Vean el trailer y anímense a conseguirla. En Polvos Azules por supuesto.

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