29 de marzo de 2013

THE BROWN BUNNY (2003)


Dirigida por Vincent Gallo.

Hay películas tan complejas que son comúnmente llamadas "festivaleras" porque apuntan a eso justamente: a los Festivales de Cine (Berlín, Cannes, Venecia), por lo tanto no van dirigida a un público en general, sino a aquellos que saben apreciar películas lentas, densas en contenido y abiertos de mente a cualquier tipo de imágenes. Al ver esta cinta en donde Vincent Gallo hace de  todo, como dirigir, editar, guión, producción y, encima, actúa; quedé convencido que si lo hubiera hecho en formato de cortometraje, hubiera sido la mejor elección.
Escena de las tantas en donde abunda el silencio
Se excede demasiado en escenas muertas, en silencio, que no llaman la atención y que lo único que lograr es aburrir. Lo más interesante, llamativo y recordable de la película son sus últimos 10 a 15 minutos, en donde el silencio no abunda, en donde las imágenes te despiertan y comienza el festín de lo prohibido, porque la cinta solo promete eso: ver una felación explícita.
Me imagino que cualquiera que haya ido al cine a verla (no en Lima) fue con la clara intención de ver eso, ya que no se suele ver ese tipo de imágenes en el cine convencional, pero como Gallo etiquetó a su cinta como una película de autor, se pudo dar el lujo de introducir esta escena que me pareció de lo más trivial pero que es lo más llamativo de la película.
La historia de un motociclista que recorre un largo camino para ir de una competencia a otra, que en ese recorrido recuerda a su gran amor llamado Daisy, a la cual no puede sacar de su mente, que en cada ciudad intenta olvidarla conociendo a diversas mujeres, es lo que se ve en casi toda la trama.
La famosa escena del hotel
Pero como dije, lo más recordable (quizá hasta lo más divertido de la pela) son sus minutos finales, que fueron tan controversiales, que una importante marca mundial decidió sacar de su catálogo a Chloe Sevigny por semejante osadía.
No me agradó mucho la forma tan obvia que Gallo intentó decirnos: "están viendo una película de autor, soporten mi arte", porque no tuvo un estilo adecuado para transmitir el mensaje. Su escena final pudo ser omitida tranquilamente, pero me imagino que marketeramente le servía, ya que con eso pudo llevar gente (mañosos) a las salas y solventarse ciertos gastos.
A mi no me gustó. Prefiero la idea de que debió hacerlo en formato de cortometraje, porque hay muchos (demasiados) minutos que pudieron ser omitidos y centrarse más en la historia de fondo.

Puntaje: 3 puntos.

1 comentario :

Angelica dijo...

De Vincent Gallo solo he visto Buffalo 66 y me pareció buena. Me dieron ganas de ver esta.