21 de abril de 2012

INDEPENDENCE DAY (1996)


Dirigida por Roland Emmerich.

Recuerdo que fue la primera película que vi en formato original (la alquilamos en Blockbustrer) y eran tiempos del vhs, del regreso de extraterrestres a la pantalla grande y del auge de los efectos visuales. "Día de la Independencia" fue todo un suceso aquel año, ya que lo que se vería en dicha película sería algo totalmente asombroso, ya que el ver como los marcianos destruyen la Casa Blanca y otros edificios y monumentos importantes de Estados Unidos no sucedía en cualquier película. Encima se ufanaba de ser una película de altísimo presupuesto y que iba arrasando en la taquilla en cuanto país se estrenaba.
Estalla la Casa Blanca.
Pues bien, la historia es cualquier huevada aliciente para hinchar pechos gringos y sentirse orgullosos de su patria. Eso es lo que deja la película como concepto final, a mi gusto. Pero qué más podría ofrecer una cinta que solo pretendía brindar sendos efectos visuales? 
Emmerich es reconocido por siempre destruir lugares ("2012", "Día después de mañana") y es lo que le le da más dinero, porque a la gente le gusta ver destrucción y que le cuenten cualquier historia, solo quieren entretenimiento con historias del fin del mundo.
Pues aparte de la invasión de estos seres de otro planeta, vemos la historia de algunos personajes que intentan sobrevivir a la visita poco cordial de los marcianos, luchando contra ellos pese a no tener ningún tipo de entrenamiento particular y ser visiblemente el elemento débil
Ataque marciano a instalaciones de la fuerza aérea gringa.
Obviamente lo más recordable de toda la película es el momento en que tres naves especiales, posicionadas en puntos estratégicos de USA, disparan un poderoso rayo que genera una onda expansiva de fuego y destruyendo, arrasando con todo lo que hay en su camino (una ciudad entera). Es el ejemplo más claro de lo que significa la película para mí. De ahí la historia de heroísmo y amor a la patria, es puro floro gringo que no viene al caso, porque intentó pasar desapercibido, pero se notó a leguas la forma tan fácil como Emmerich intento cerrar su cinta con algo de lágrimas y la imagen de un país que siempre se recupera de las tragedias.
No es una cinta para admirar en lo argumental. Lo de los efectos visuales se va deformando con el tiempo, porque ahora que uno ve dichas escenas nota que ya están antiguas.
De todas formas se reconoce lo importante que fue para su época, como éxito de taquilla, y el boom que resultó para la taquilla.


Sirve para entretenerse una tarde.


Puntaje: 4 puntos.


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